viernes, 27 de enero de 2012

La obra de León Felipe

Hoy, nuestra primer colaboración en el apartado "la obra de".

Texto: León/Sin título

Cuarto compartido, vida familiar,
reglas sin cumplir, palabras nada más;
occidente familiar, patriarcado inmoral,
tapaderas en el rostro, mascaras en carnaval
tristes de acatar; y diablos, borracheras,
imprudencias que hacen temblar sociedades
aplacadas con un tonto militar.

Estrellas que ni siquiera brillan
pegadas con plastilina,
soles que se apagan con un botón,
perillas que controlan fuego,
volantes de naves que no pasan del suelo
y las nuevas escuelas de obreros.

Escupo en el pavimento,
¿Qué le pasa a la gente que ve tan raro?
¿Acaso tengo mirada de loco?
Es tan catastrófico que no se vean
las estrellas desde las azoteas
y estemos mareados con el sueño
de la nueva limusina  naranja
que no nos han entregado.

Navegamos por la vida sin luz de noche,
pocas veces luna llena, la esquina obscura
y  la muerte con tenis jordan.
Estoy tan triste que ya no crean en las estrellas fugaces;
me imagino ellas también se sienten solas
cuando pasan por el oriente, pero confió
que son felices cuando las admiran en el desierto
con frutas de amargos gajos, espejos gigantes
y águilas, también venados, fuegos incontrolables,
granos amarillos y bailables de rocas
al ritmo del djembe negro que transporta música
al viento y a mi cuerpo.

Por eso pregunto qué le pasa a la gente
que no cree en estrellas fugaces,
en cactus cósmicos
y en universos mentales.

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