martes, 10 de enero de 2012

Recordando a Andrés Henestrosa


Toca recordar el día de hoy, a cuatro años de su partida, al escritor zapoteco Andrés Henestrosa, quién, codeándose con toda una constelación de escritores latinoamericanos consiguió ser una de las figuras más sobresalientes de la cultura mexicana.

Henestrosa nació en Oaxaca y habló sólo zapoteco hasta los 15 años, edad en la que emigro a la ciudad de los palacios donde aprendió español y se graduó de bachiller de la escuela Nacional Preparatoria. Posteriormente estudió Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, disciplina que abandonó para dedicarse de lleno a la escritura, tarea que comenzó a rendir sus primeros frutos tras la publicación de su obra: Los hombres que dispersó la danza.

Entre un mundo de poemas, artículos, ensayos y cuentos, Henestrosa recordó constantemente cuál era su origen, origen que evocaba en su obra y del cual se sentía muy agradecido.

Yo vengo como todos los hombres, de muy lejos, de muy abajo; pertenezco a la despeinada, descalza y hambrienta multitud mexicana, y he peleado, desde que me acuerdo, por ser mañana distinto al de hoy y pasado al de antier; ser distinto cada día ha sido mi lucha, pero siempre con un horizonte y sin dejar de ser aquel que descalzo anduvo en su niñez.

Fragmento de la obra: Retrato de mi madre

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