Se dice que tras un encuentro casual con una joven de la calle, Lee Jeffries, que en ese entonces se dedicaba a retratar eventos deportivos, cambió su perspectiva total acerca de su fotografía dedicándose desde entonces a hacer del indigente, del errante o de la gente sin hogar el objeto de su arte.
Dicha, coraje, soledad, sueños y tristeza es lo que expresa cada poro, cada céntimo de la piel y cada arruga de los personajes que le sirvieron de modelo a éste fotógrafo.
La verdad es que cada retrato nos toca, dicho de otra manera, su obra no generan indiferencia por parte de quien la mira.
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