El día 7 de
julio de 1810 dos hombres de honor y orgullo, respetados y admirados por la
sociedad pero sobre todo inseparables amigos acudían ante el juzgado para
levantar una denuncia el uno en contra del otro por una tontería. Iván
Ivanovich acusaba a su amigo de proferir una mortal ofensa en contra de su
honor, su nombre y su rango al haber hecho uso del apelativo “ganso” cuando se
dirigía hacia él. Por su parte, Iván Nikiforovich culpaba a su compañero de no
guardar los ayunos correspondientes en vísperas de la fiesta de San Felipe, de
ser de un linaje dudoso y sobre todo un bribón que fue sorprendido merodeando
por su hogar.
Tiempo
atrás ambos Ivanes daban muestra de una extraordinaria amistad. Se ayudaban
recíprocamente en todo cuanto fuese necesario. Eran un ejemplo de bondad y lealtad
entre la gente del distrito de Mírgorod. No había lugar al que no fuesen
juntos, parecía el uno la sombra del otro. Entonces, ¡que estos dos amigos se
hubiesen peleado! ¿Pero es que ya no hay nada perdurable en este mundo? ¿Cómo
fue posible que dos caballeros cortaran de un día a otro los lazos de su
amistad?
Por qué
se pelearon los dos Ivanes es una conmovedora historia que nos habla de cómo
por una insignificancia y un enorme orgullo estamos dispuestos a perder quizás
lo más valioso que poseemos en el mundo. Con el extraordinario estilo de
Nicolai Gógol (1809-1852) reflexionamos sobre la vigencia de los sentimientos y
lo absurdo de la vida. Del como una amistad que pareciese eterna e inmutable se
tambalea y cae al menor de los soplidos.
Recreando
un impresionante cuadro a través de la prosa, la magnífica pluma de Gógol se
convierte en pincel y cada letra que utiliza en un color diferente para darle
vida al lienzo de su novela. Cada detalle y cada momento es fundamental para
llegar de manera impaciente y temerosa al triste e inesperado desenlace de la
obra.
“Nikolai
Gogol triunfó con sus relatos sobre folclore ucraniano, escritos con ironía y
con un leve surrealismo adelantado a su tiempo. En 1836 se exilió durante doce
años de Rusia por diferencias con el gobierno. A su regreso alabó al gobierno
que antes había criticado y sus antiguos admiradores le dieron la espalda.
Enloqueció, anunció que escribir era inmoral y en 1852 quemó su último
manuscrito. Pocos días después se dejaba morir de inanición”
Vasílievich,
Nikolái Gógol, Por qué se pelearon los
Ivanes, España, Ático de los libros, 2010, 96 p.
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