Ocurre con los estudios y las
lecturas lo mismo que con las observaciones que hacemos en los viajes y hasta
con los sucesos de la vida misma. Por mucho que el detalle nos cautive y
estimule en el momento en que lo disfrutamos, acaba viéndose relegado a un
segundo plano, se esfuma, desaparece, y sólo permanecen y pasan a enriquecer la
suma de nuestro patrimonio espiritual las grandes impresiones que en nosotros
se graban, aquellas que se forman en nosotros involuntariamente o como fruto de
una observación singularmente atenta. Son los momentos más salientes de la vida
vivida los que se agrupan en el contenido para formar su contenido vivo.
Leopold von Ranke
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